Desde el Diseño Estructural hasta el Diseño Gráfico
El packaging es un término anglosajón que utilizamos para hacer referencia al embalaje, envase, envoltorio, caja de cartón o etiqueta de un producto.
Para tu empresa, lo más importante es que el packaging es un medio de transmisión de la identidad corporativa de tu marca, creado y diseñado para atraer, fidelizar y crear experiencias. Debe tener ese elemento diferenciador que influya en la decisión de compra de un consumidor.
Pero además no podemos olvidar que el packaging es una herramienta de logística. Debe soportar unas condiciones de transporte, almacenaje y exposición determinadas hasta que llega al consumidor, por lo que deberá cumplir una serie de normas de comercio internacional e informar al usuario acerca de las características del producto que contiene, instrucciones de conservación y uso, advertencias de manipulación y recomendaciones de reciclaje. Todo ello debe convivir armónicamente con un diseño profesional, creativo y funcional.
Resumiendo, podemos sintetizar todas estas características de packaging que determinan los objetivos que debe cumplir para ser eficaz:
Para cumplir todos estos requisitos, vamos a trabajar un packaging desde dos puntos de vista, el estructural y el gráfico. Cada uno de los cuales tiene unos objetivos que cumplir.
Diseño Estructural
La creación del diseño de la estructura del packaging se centra fundamentalmente en crear la forma estructural del packaging, es decir, el contenedor, la caja, envase, envoltorio…
Es fundamental tener en cuenta para su desarrollo una serie de factores que garantizarán su buen funcionamiento, conservación y ergonomía como, por ejemplo:
Maqueta del diseño estructural del packaging promocional para Sino Festival.
Diseño Gráfico
Una vez tenemos diseñado o seleccionado el packaging que va a contener el producto, nos centramos en los objetivos que va solventar la parte gráfica, donde debemos tener en cuenta lo siguiente:
Reflejar los valores de la marca y proteger su identidad corporativa.
Crear un vínculo emocional con el consumidor a través de nuestro diseño, donde este se vea representado por los valores de la marca. Lo que ayudará a motivar la compra, crear empatía con él y establecer relaciones duraderas con la marca.
Un consumidor frente al línea de un supermercado normalmente toma una decisión de compra en apenas 3 segundos, y lo hace comparando de un golpe de vista entre nuestro producto y el de nuestros competidores, por lo que hay conseguir crear un diseño lo suficientemente atractivo y único que consiga atraer, seducir y convencer en un lapso muy pequeño de tiempo.
En un packaging también debemos prestar especial atención a la maquetación de otro tipo de contenidos menos visuales y más ingratos estéticamente como, ingredientes, origen, instrucciones de uso, modo de conservación, métodos de reciclaje, tablas nutricionales… y todos ellos deben coexistir en perfecta armonía con el diseño visual del packaging además de cubrir una necesidad informativa y legal donde lo que prima es la legibilidad, muchas veces en espacios muy reducidos.
Consejo profesional
El packaging no solo sirve para proteger un producto, sino que también sirve de tarjeta de presentación, contando una historia, lo que crea una experiencia en el comprador. Y con ello se produce una identificación y un vínculo.